GARBANZOS SIEMPRE TIERNOS
La
mayoría de los desastres culinarios son debido a la dureza de los garbanzos. Resulta
algo imposible el comer unos garbanzos duros; dado que, además pueden resultar
indigestos por lo que ha de trabajar nuestro estómago para digerirlos. Pero
existe una maravillosa solución para que los garbanzos resulten tiernos siempre
y de una manera extraordinaria. La fórmula es la siguiente:
Agua
templada
Garbanzos
Sal
En
un cuenco o bol que sea un poco espacioso se ponen los garbanzos y se añade un puñado
de sal, así con la mano. No importa que tenga mucha sal pues después se retira.
Añadimos un poco de agua templada (poca) y se comienza a frotar los garbanzos
moviendo un buen rato ¿Para qué hacemos esto? Pues es importante saber por qué
lo hacemos para que lo comprendamos y así lo hagamos bien. Restregando los garbanzos
humedecidos con la sal estamos liberándolos de su primera piel que es la que
impide una cocción perfecta. Dependiendo de la piel del garbanzo, este será más
tierno o más duro. Aquí vemos que le quitamos esta primera piel o cuando menos, la hacemos más fina con lo cual, la cocción entra con más facilidad al
garbanzo. Después de haber hecho esto le añadimos agua templada suficiente para
que se hidraten y tomen cuerpo dejándolos hasta el día siguiente en ese agua. Perfectamente
se pueden congelar e ir gastándolos poco a poco, no se verán afectados por la
congelación y siempre podrá tenerlos a mano.
También puede meterlos en
botes de cristal estancos y con cinco minutos en agua hirviendo formaran un vacío
que le hará aguantar todo un año, sin necesidad de congelador ni nevera.